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Las cooperativas italianas ayudan a los trabajadores a conciliar la vida laboral y familiar

21 Marzo 2016

Las cooperativas italianas dan prioridad a la integración de las mujeres en el mercado laboral. No sólo el 61% de sus empleados son mujeres, sino que el 23,6% de ellas ocupan puestos de alto nivel (el 26% incluidos los puestos de responsabilidad en la dirección y el control de la cooperativa), frente al 16% en las sociedades de responsabilidad limitada. Esta diferencia es un indicio de que Italia aún tiene muchos obstáculos que superar en el ámbito de la conciliación de la vida laboral y familiar.

“La cooperativa es la forma de empresa que cuenta con el mayor número de mujeres en puestos de alto nivel”, afirma el Presidente de Confcooperative, Maurizio Gardini. Las cifras recogidas por la Confederación de Cooperativas Italianas hablan por sí solas: un 23,6% frente a un 16% en las sociedades anónimas.

Estas cifras llegan al 26% si incluimos los puestos de responsabilidad en la gestión y el control de la cooperativa. Entre 2005 y 2014, el porcentaje de mujeres socias en las empresas socias de Confcooperative pasó del 37% al 41%, mientras que el porcentaje de mujeres empleadas en estas empresas aumentó del 57% al 61%. “Estas cifras son el reflejo del compromiso específico de las cooperativas con la construcción de un cambio que se logrará a través de la búsqueda de la emancipación, el crecimiento y el desarrollo, que está diseñado para establecer una sociedad verdaderamente integrada. Si las cooperativas consiguen crear progreso y empleo, incluso en este periodo de crisis, creemos que también pueden fomentar una nueva perspectiva para la participación de las mujeres que favorezca su promoción en otros sectores”, añade Gardini.

Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer. “La eliminación de los factores que impiden a las mujeres incorporarse al mundo laboral es, ante todo, un reto ético al que se enfrenta toda la civilización, más que un reto relacionado con el mercado, la cultura empresarial o el establecimiento de nuevos paradigmas de desarrollo.” En los últimos diez años, el empleo femenino ha aumentado un 0,9% en Italia, lo que sitúa al país a la cola de la Unión Europea, con sólo Malta por debajo.

Una de cada cuatro mujeres, es decir, dos millones de trabajadoras potenciales (según el Istat), ni siquiera buscan empleo. Esto se debe a razones familiares, como la falta de servicios de cuidado de niños o de ancianos. La tasa de empleo de las madres en Italia es del 54%, mientras que la media de la OCDE es del 66%. Gardini concluye que “es evidente la necesidad de fomentar políticas que promuevan un buen equilibrio entre trabajo y vida privada”.