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La agricultura social en Italia: cómo la cooperativa social “Un fiore per la Vita” nos muestra el camino a seguir

    En Italia, la agricultura social es una herramienta importante y en crecimiento para la cohesión y el desarrollo territorial, que enlaza la agricultura al bienestar local. Solo en la región de Campania, el movimiento cooperativo social da empleo a 12.460 personas y cuenta con 2.000 voluntarios. El número de trabajadores a tiempo completo es del 68 %, del cual 67 % son mujeres y más del 4,7 % son personas en riesgo de exclusión. (Datos extraídos de Confcooperative Campania)

    La granja social “Fuori di Zucca” se creó en 2005 en Aversa, entre Caserta and Nápoles, por la vocación y las aspiraciones de los miembros de la cooperativa “Un fiore per la vita” para transferir la tradición rural de la histórica Campania Felix. La idea consistía en introducir modernos métodos agrícolas y nuevas actividades productivas para restaurar la dignidad y el valor a las personas a través de la creación de una economía social, el respeto por el medioambiente y la elección consciente de productos locales. Establecida en un antiguo hospital psiquiátrico, la granja social es una cooperativa social que tiene como misión la inclusión y la integración social de personas con dificultades basándose en la idea principal de que el trabajo es un aspecto importante de la emancipación individual.

    La granja social da empleo a 16 trabajadores de los cuales 9 son trabajadores asociados y fundadores de la cooperativa, con diferentes bagajes como educadores, animadores y expertos en agricultura. Otros empezaron a trabajar para la cooperativa tras un proceso de rehabilitación que, por lo general, se prolonga durante 2 años hasta que la persona encuentra un trabajo dentro de la propia cooperativa o en otro lugar.

    “El valor añadido de una cooperativa es que ser parte de ella no solo es un trabajo, sino una pasión. El desarrollo de las personas y de su comunidad es un factor de competitividad sólido en comparación con la forma de empleo tradicional” explica Giuliano Ciano, miembro y presidente de la cooperativa.

    Además, el modelo agrícola social es una oportunidad de rescate para territorios que sufren criminalización e injusticia. La cooperativa “Un fiore per la vita” es parte del consorcio Nuova Cooperazione Organizzata, cuyo objetivo es contribuir al crecimiento de una cultura de inclusión y legalidad por medio de actividades orientadas a la participación de la comunidad en el cambio de la realidad sociocultural del territorio invirtiendo en bienes que han sido confiscados a la Camorra.

    Un sinfín de ejemplos

    En la región de Campania hay muchos otros ejemplos de cooperativas que integran al mundo del trabajo a personas con discapacidades mentales o historias personales complicadas a través de actividades agrícolas. En Irpinia encontramos la Fattoria Al Fresco di Cantina, gestionada por la cooperativa Il Germoglio, en la cual las personas presas producen vino de los viñedos que cultivan en el interior de la prisión de S. Angelo dei Lombardi. La cooperativa Al di là dei sogni de Maiano di Sessa Aurunca ha llevado a cabo una serie de inversiones en bienes confiscados a la Camorra y ha creado una comunidad para personas con discapacidades mentales, una granja social ecológica y un centro de procesamiento. En Salerno está la cooperativa Capovolti que gestiona una granja social en San Vito di Montecorvino Pugliano. En el Geobiolab de Benevento, en Contrada Ponte Corvo, nació L’orto dei semplici un proyecto, aún en fase de desarrollo, de autoempleo en el sector agrícola, que trabaja en la inserción laboral de personas con problemas mentales.