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Las cooperativas industriales y de servicios, aliadas esenciales para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas

1ro de julio de 2016

Mañana es el Día Internacional del Cooperativismo. Para celebrarlo, el movimiento cooperativo internacional muestra de qué manera estas empresas impulsan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODS). “Cooperativas, el poder de actuar para un futuro sostenible”, es el lema de la campaña que enfatiza en su contribución a los objetivos. Las cooperativas industriales y de servicios (sean cooperativas de trabajo, cooperativas sociales o cooperativas de producción) son aliadas cruciales para conseguir el cumplimiento de estos objetivos.

“Como empresas controladas y gestionados democráticamente por sus miembros (trabajadores, usuarios, productores autónomos y otras partes interesadas), nuestras cooperativas promueven la distribución equitativa de la riqueza, puestos de trabajo estables, el acceso equitativo a los bienes y servicios y la igualdad de género. Las cooperativas industriales y de servicios tienen sus raíces en las localidad en las que se asientan, y la preocupación por la comunidad”, declara Manuel Mariscal, Presidente de CICOPA.

El pasado septiembre, los líderes mundiales- reunidos en la Asamblea General de Naciones Unidas- se comprometieron a trabajar para la llamada Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 en la que se ponían como meta una ambiciosa misión para un mundo mejor. Se propusieron cumplir con 17 objetivos de desarrollo sostenible, para terminar con la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia y revertir el cambio climático, en los próximos 15 años. Hay una cantidad de ejemplos que ilustran la fortaleza de las cooperativas de trabajo, sociales y de producción, que ayudan a cumplir con los objetivos de la Agenda 2030. El modelo cooperativo tiene el desarrollo sostenible como parte central, porque está basado en unos principios y valores éticos.

Las cooperativas de trabajo son uno de los pilares del movimiento cooperativo, incluidas en el Plan de Acción por una Década Cooperativa. Como muestra el Dossier especial de CICOPA de la revista Trabajar Juntos, dedicado a los objetivos de desarrollo sostenible, en particular las cooperativas de trabajo pueden ayudar “a los más vulnerables a tener iguales derechos y recursos económicos, así como acceso a los servicios básicos, titularidad y control de la tierra y otras formas de propiedad…”, como marca el primer objetivo.

Salir de la pobreza
Los estudios de CICOPA indican que este modelo se adapta específicamente a sacar a las personas de la pobreza, ayudando -entre otras cosas- en la transición de la economía informal a la formal. Parte de los beneficios están dedicados a proveer a los miembros de las cooperativas con herramientas sociales como formación, educación, vivienda, servicios financieros, así como servicios de cuidados para las propias familias de los cooperativistas. Uno de los muchos y hermosos ejemplos está en la historia de la cooperativa Le Gafre (Grupo de Acción de Mujeres para el Desarrollo Económico de Houet), en Bobo Dioulasso (Burkina Faso). Desde su creación, en 1995, esta cooperativa ha ayudado a garantizar las condiciones de vida de mujeres en la región. A través de un proyecto de reciclado de bolsas plásticas, han logrado garantizar la autonomía financiera de 80 mujeres y sus familias. Han creado un centro de artesanías y -al mismo tiempo- han ayudado en la educación de las mujeres. Desde su creación, Le Gafreh ha alfabetizado a 1.170 mujeres.

Esta cooperativa no solo ayuda a las personas a salir de la pobreza. Es -como muchas otras cooperativas- un ejemplo del logro de otros de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU: el de asegurar un consumo y una producción bajo patrones sostenibles, agua limpia y sanidad (las bolsas de basura usualmente quedan abandonadas en las calles de Bobo Diulasso, y las cañerías se bloquean con las lluvias), y la igualdad de participación y oportunidades de liderazgo en niveles de toma de decisiones.

En este sentido, en países donde existe algún tipo de investigación en género y cooperativas, los números indican que las cooperativas están entre los mejores lugares para conseguir la equidad de género. En Italia, los estudios muestran que las mujeres constituyen el 61% de la fuerza de trabajo de las cooperativas, y que el 23,6% de ellas llega a posiciones de alto nivel (26% incluyendo posiciones de responsabilidad y control en la cooperativa), comparado con un 16% en empresas de capital. Otro estudio de género, desarrollado por la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo (COCETA) muestra que casi el 50% de las personas trabajadoras en las cooperativas son mujeres, y ellas ocupan el 39% de los puestos de responsabilidad, mientras en otro tipo de empresas españolas este número apenas llega al 6%.

Salud
Uno de los principales objetivos de la Agenda 2030 es el asegurar vidas saludables y promover el bienestar general. En medio de la privatización de servicios públicos, y de la competencia privada, las cooperativas -como organizaciones integradas por sus miembros- ponen a la salud y al bienestar por delante de los beneficios económicos. Juegan un papel crucial en el cuidado de los individuos, en la prevención de enfermedades, en el bienestar de los miembros y/o de sus empleados. Juegan un papel clave para las poblaciones más vulnerables -entre las que se incluyen personas con capacidades especiales, personas mayores, personas con enfermedades mentales- y adoptan políticas de inclusividad. Uno de los muchos ejemplos es el de las cooperativas de salud de Japón, como el Centro Matsudo para el Bienestar de las Comunidades Locales “Ajisai” afiliado a la Unión de Cooperativas de Trabajo Japonesa (JWCU). Entre otras cosas, el centro tiene un programa de formación para el empleo, para personas con capacidades especiales, y les ayuda a tener una vida independiente, combinando apoyo médico, apoyo en la vida cotidiana, formación para la autosuficiencia y promoción del empleo.

Industria
Hay muchos ejemplos también en otros objetivos de desarrollo, como el número nueve, en el que la ONU plantea: “conseguir infraestructuras resistentes que promuevan la industrialización sostenible y la innovación”. Las cooperativas de trabajo, sociales y de producción promueven el empleo sostenible, el crecimiento económico y la industrialización. Promueven la dimensión a largo plazo de la empresa. Y aun y cuando algunas cooperativas están pasando por tiempos difíciles, los estudios muestran que, en general, este tipo de empresas están teniendo una mayor resistencia a la crisis.

Países como Argentina tienen numerosos ejemplos de cooperativas de trabajo creadas por empleados que toman sus empresas en quiebra y salvaguardan los empleos. Este es el caso del diario Tiempo Argentino transformado por 125 trabajadores en la cooperativa Por Más Tiempo para informar a la sociedad amplia y libremente, bajo el lema “Dueños de Nuestras Palabras”. Otro ejemplo es el fabricante textil Creciendo Juntas, una cooperativa creada por 17 mujeres, antiguas trabajadoras de Textiles Zuco cuyo propietario, en 2011, habían dejado sin pagarles sus primas, las vacaciones y la quincena. Ahora tienen empleo estable y la fábrica produce unas 3.700 camisas al mes.

Por otro lado, en Euskadi (España) se ubica uno de los ejemplos más claros de industrialización sostenible e innovación. La Corporación Mondragón, un grupo con más de 100 cooperativas de trabajo, que da empleo a 74,117 personas, tiene sus inicios en 1943 en Mondragón, un pequeño pueblo de 7.000 habitantes que no se había recuperado de la Guerra Civil española. Hoy, Euskadi -donde la Corporación Mondragón representa una gran parte de su economía, con un 3% de su PIB y principal grupo empresarial-, es la región de España con menos desempleo (12%, comparado con el 25% del resto del país). Oñati, el pueblo con menos desempleo de España (8,5%), tiene ese nivel en gran medida gracias a las cooperativas, que representan más del 50% de las empresas.

Cambio Climático
Las cooperativas ayudan también, de muchos modos, a luchar contra el cambio climático. Como muestra el Dossier especial de la revista Trabajar Juntos, hay ejemplos muy valiosos en el sector, como las cooperativas de trabajo Coenergía, Kunlabora, Hunab Ku y Kutral en Chile, dedicadas a la consulta, elaboración y creación de proyectos en los sectores de energía renovable y eficiencia energética. Estas cooperativas han creado, entre otras cosas, diseños conjuntos de plantas de energía social fotovoltaica, instalación de paneles solares en espacios y edificios, han escrito informes en eficiencia energética en industria, y han desarrollado proyectos de producción de biogás desde materiales orgánicos. Ayudan a luchar contra el calentamiento global y también contra el desempleo, como Earthworker, una iniciativa comunitaria que promueve empleos sostenibles que empoderan a las comunidades locales y crean soluciones de energías limpias. Earthworker está creando en varios lugares de Australia una red de cooperativas propiedad de las comunidades locales.

La lista de ejemplos nunca terminaría. Como empresas basadas en los valores de auto-ayuda, auto-responsabilidad, democracia, equidad, igualdad y solidaridad, las cooperativas industriales y de servicios (sean cooperativas de trabajo, cooperativas sociales o cooperativas de producción), que dan empleo a unas 16 millones de personas, vienen trabajando para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible desde hace muchos años.